
Las redes sociales y la baja autoestima
Las plataformas digitales tienen un impacto considerable en cómo nos vemos a nosotros mismos y en nuestro bienestar general, tal como lo confirman distintos análisis en el campo de la psicología. Estos estudios identifican a las redes sociales como un elemento que puede comprometer seriamente la autoestima. Cómo nos percibimos puede verse alterado drásticamente por lo que observamos en estas plataformas, afectando así nuestra autovaloración. Un elemento crucial en este fenómeno es cuánto tiempo pasamos navegando en estas redes. Cuanto más tiempo invertimos, más significativo es su impacto.
Modelos ideales en las nuevas tecnologías
La presentación de modelos de hombres y mujeres ideales, así como de estilos de vida inalcanzables, es una práctica común en las nuevas tecnologías. Estas representaciones no reflejan la realidad, sino más bien una imagen idealizada. Se ha observado que las mujeres tienden a ser más susceptibles, aunque los hombres también responden a imágenes de figuras atléticas, lo cual los motiva a desear una apariencia similar. Así, las redes sociales no solo afectan la autoestima y el bienestar, sino que también influyen en nuestros comportamientos para tratar de alcanzar estos ideales.
Influencers: ¿realidad o ficción?
Es común seguir a influencers, marcas y revistas en redes sociales, cuyos contenidos parecen más bien campañas publicitarias que representaciones auténticas de la vida cotidiana. Estas imágenes desproporcionadas sobre cómo deberíamos ser y vivir, no solo son poco realistas, sino que también promueven un estándar de belleza y estilo de vida difícil de lograr. Esta constante comparación puede desencadenar una serie de emociones negativas como frustración, desmotivación, tristeza, incluso ira, y naturalmente, disminuir nuestra autoestima. Además, al afectar nuestra percepción de nosotros mismos, pueden favorecer la aparición de trastornos depresivos y alimentarios.
Like = felicidad
Publicar fotos, videos o pensamientos en redes sociales y recibir «likes» o comentarios, puede proporcionarnos una sensación de gratificación casi instantánea. Ser aprobados y aceptados por otros satisface nuestra necesidad básica de pertenencia y afecto. Sin embargo, esta búsqueda de aprobación externa puede convertirse rápidamente en una dependencia, haciendo que nuestra sensación de bienestar o felicidad dependa cada vez más de factores externos. De esta manera, en lugar de basar nuestra felicidad en aspectos propios de nuestra vida, la subordinamos al juicio de otros, a menudo desconocidos en nuestro día a día.
Consecuencias cognitivas del uso incorrecto de redes sociales
Estas prácticas incorrectas en el uso de redes sociales también tienen consecuencias cognitivas. Diversos estudios han demostrado que nuestra capacidad de atención y concentración ha disminuido con la integración de la tecnología en nuestra rutina diaria. Del mismo modo, nuestra paciencia ha disminuido, ya que ahora necesitamos estímulos más breves y rápidos para mantenernos interesados y evitar el aburrimiento.
Consejos para el uso consciente de las redes sociales
- Establecer un horario específico y equilibrado para el uso de diversas plataformas.
- Optar por seguir contenido que realmente contribuya a nuestro aprendizaje y comprensión de nosotros mismos.
- Tener presente que las publicaciones a menudo solo muestran una faceta parcial de la realidad.
- Desvincularse de aquellas cuentas que nos causan comparaciones dañinas y una aceptación distorsionada de nosotros mismos.
- Recordar que las redes sociales son herramientas de comunicación e interacción, no modelos a seguir ni determinantes de nuestro estilo de vida.
- Valorar la propia realidad, aceptando la vida tal como es y enfocando esfuerzos hacia nuestros objetivos personales.
Este enfoque puede no solo mejorar nuestra relación con las redes sociales, sino que también fomenta un bienestar general más auténtico, libre de las influencias nocivas de expectativas irreales.